Mi experiencia con chicas/os con autistas no se remonta la verdad que muy lejos en el tiempo empezó este verano cuando estaba buscando un campamento en el que poder participar,  tuve suerte y encontré uno en Madrid en el cual pude colaborar con chicos con una enfermedad rara llamada Prader Willi y también había chicos que estaban dentro de los trastorno del espectro autista.

La organizadora del campamento nos dio una charla a los monitores en la que nos preguntó un poco sobre nuestra experiencia, si habíamos ido a muchos campamentos, si teníamos experiencia con chicos con enfermedades raras y demás. Yo la verdad que no tenía ningún tipo de experiencia con este tipo de problemática pero siempre he querido trabajar con chicos con necesidades especiales, y la verdad es que lo recomiendo, te da una buena dosis de humanidad.

El campamento se hizo a las afueras de Madrid en la sierra, con unas instalaciones inmejorables en las que había piscina, animales de granja etc.

El día a día era durillo no se dormía mucho, porque algunos no dormían con normalidad  y tenías que quedarte con ellos para que no despertaran al resto, la verdad que con los chicos con esta problemática se pueden hacer pocas actividades todo depende del grado, los que tienen un grado bajo pueden hacer la mayoría de las actividades de manera adaptada o con ayuda de algún monitor, los que tienen un grado alto no pueden hacer prácticamente ninguna actividad manual, pero en cambio sí que pueden realizar las actividades de la piscina (las cuales por cierto les gustan mucho).

Los primeros días del campamento siempre suelen ser los más durillos porque no te sabes los horarios, no conoces los lugares etc, pero en este caso eso se agravo de una manera importante al tener en cuenta que los niños/as que tienen los trastornos del espectro autista son muy pero que muy rutinarios y en cuanto su rutina se ve afectada, están muy nerviosos, desorientados, enfadados, con ganas de volver a casa y a veces en las que cogen rabietas pero no las rabietas que cogería un niño de desarrollo típico consistentes en llorar, enfadarse y demás, en este caso también son producidas por querer llamar la atención pero de una manera en algunos caso extrema como autolesionarse, en otros solo llantos y enfado, con lo cual siempre hay que estar atento. La verdad que lo anterior puede parecer fuerte pero no hay que tener ningún miedo son unos niños muy tranquilos, solo hay que saber cómo es cada uno, lo que le gusta y lo que no para que todo esté en orden.

Luego una vez que me acostumbre al campamento y conocí un poco mejor a todos los monitores con los que debía trabajar la verdad todo fue muy bien no tuve ningún tipo de problema es una experiencia que la verdad recomiendo a todo el mundo es una buena manera de conocerte a ti mismo, conocer a otra gente, darte cuenta que no es tan difícil como parecía tratar a estos con estos chicos/as y que en muchas cosas son totalmente iguales que un niño de desarrollo típico.

Yo hoy en día después de esta experiencia colaboro con una asociación que trabaja con niños/as de desarrollo no típico y la verdad es que es muy gratificante, os animo a que probéis a trabajar con niños/as con trastorno del espectro autista.

 Por David Muñoz Pizarro

Isabel
2/3/2013 07:58:07 pm

Chicos, respondo en este comentario, pero la respuesta es para todos. Habéis hecho un trabajo sencillamente impresionante. Mis más sinceras felicitaciones. Seguid así.
Isabel Pérez

Reply



Leave a Reply.

    Author

    Cada uno de los miembros del grupo ha escrito un post  comentando lo que ha aprendido o si ha tenido alguna experiencia con niños que tengan estos trastornos.